All / Todos
Suelo hablar poco de mi investigación fuera de un círculo reducido de la Universidad, más que nada siento que a veces me es complicado extraer aspectos que puedan parecer interesantes o, con relación a mi blog, que puedan tener lugar aquí. No obstante, sería ingenuo obviar que es esta misma la que ocupa el mayor porcentaje de mi tiempo productivo y una buena parte de mis preocupaciones, y que, por ello, está inevitablemente omnipresente en mi punto de vista.
Desde mis días de estudiante, siempre me impresionó la manera sencilla de explicar las complejas dinámicas de influencia que ocurren en un grupo de Lewin. Desde su punto de vista las fuerzas responden a una disonancia valorativa o conflicto comparativo del grupo, entre un estado actual y un estado deseado o aspiracional. De aquí, las fuerzas de cambio dentro del grupo pueden ser restrictivas o motivadoras. Además, cada persona ejerce diferentes fuerzas de influencia, no tiene por qué siempre ser la misma ya que puede ser dinámica (en intensidad) o variable (en dirección), hacia ese cambio. En pocas palabras, las fuerzas que actúan en un grupo son enormes y diversas.
Especialmente para aquellos que trabajamos en casa, y trabajamos mucho en soledad, pueden llegar momentos en los que sea difícil motivarse. A todos vosotros, y a mi también, dedico este post en el que trataré de buscar respuestas a mi aburrimiento, y una orientación para entender cómo puedo lidiar con él de la mejor forma posible, con la intención de inspirarme e inspirarte.
Cuando el miedo me acecha, he de buscar la forma de sobrellevarlo, de que no me paralice. En mi caso, mi forma de lidiar con ello es llevarlo a forzarme una sensación de autoinducida serenidad y aguantar un cierto grado de incomodidad y (por qué no decirlo) sufrimiento hasta que lo forzado deja de serlo tanto y esa serenidad se va sintiendo cada vez más y más auténtica.
Si fuera escritor y me pusiera a escribir una novela en medio de este confinamiento, probablemente esta sería la frase que abriría esa historia. Pero como lo mío es otra cosa, aprovecho la oportunidad para abrir este post con esa frase tan literal como literaria para hablar de la individualidad, del concepto de lo normal y la inabarcable variabilidad del mismo. Supongo que para poder hacer estas cosas uno se abre un blog.
La razón por la cuál traigo este conflicto, es porque fundamentalmente creo que estamos en momentos de tomar conciencia de los sesgos a los que nos deriva nuestra percepción. Tengo la sensación que vivimos en un cada vez más estrecho túnel que nos lleva a responder en una fantasía de realidad con grandes dosis de distorsión.